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Plantas de mi vida

La amapola (2)

Magníficas combinaciones
Las amapolas llaman verdaderamente la atención en el arriate, y, además, resultan fáciles de combinar con otras flores. Si quieres que el foco de atención sean las amapolas, puedes combinarlas con hojas de color verde grisáceo, por ejemplo. Aún más bonitas estarán entre otras flores de colores intensos, como las azules espuelas de caballero (Delphinium), ajo floreciente, lirios, pico de cigüeña o la salvia de color violeta claro. Y la combinación de la hierba gatera azul con la amapola rosa pastel Karine se ha convertido en todo un clásico. Un precioso efecto 'entonado' lo forma la mezcla de amapolas de diversos tonos rosa con peonías y malvarrosas.

La amapola oriental procede de Asia Menor, donde los áridos veranos hacen que la hoja ya se marchite en esa estación. Y en nuestros jardines ocurre lo mismo, por lo que es posible que aparezca un feo hueco en el arriate. Por eso a menudo se pone una planta de floración tardía delante de las amapolas. Sí que es importante que éstas sigan recibiendo suficiente sol, y que el suelo no se moje demasiado. Por este motivo resulta más práctico colocar delante macetas con plantas anuales, de modo que camuflen la hoja que se ha puesto fea.

El mejor lugar
Las amapolas adoran el pleno sol y un suelo bien permeable. Un terreno nutritivo proporciona en general a las flores un color más intenso que un suelo pobre. No es necesario proteger estas flores durante el invierno; sólo sobre arcilla negra mojada las amapolas tendrán dificultades para sobrevivir el invierno.

Cuando hace calor y el ambiente es húmedo, pueden verse atacadas por la botritis: el tallo se vuelve negro por debajo del botón floral. Exceptuando esta enfermedad, la amapola puede considerarse una planta muy fácil de cultivar.

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