Abonos naturales - Continuación
Abono verde Enriquecer los suelos es una tarea fundamental y una forma de lograrlo es mediante la plantación de diferentes productos no comestibles, pero que sirven para aumentar la fertilidad del terreno. Estas especies son las que denominamos abono verde y su empleo es muy sencillo: antes de que florezcan, las cortamos y enterramos. De esta manera, labrar la tierra será más fácil.
Las plantas más requeridas como abono verde son de dos clases:
- De invierno: el nitrógeno se adhiere a sus raíces convirtiéndolas en el producto estrella. Son las legumbres (habas) y los cereales (trigo, avena...).
- Estivales: en verano nos decantamos por leguminosas (soja) y/o gramíneas (maíz). La alfalfa es también una excelente opción.

Construir nosotros mismos los recipientes del compost no reviste dificultad; podemos seleccionar sus materiales a nuestro gusto (madera, cemento...). Lo imprescindible es que cuenten con respiraderos, que la cubierta o la tapa sea móvil y, como no, que exista roce con el terreno. Su uso es recomendable pero, si no disponemos de ellos, podemos elaborar el abono en el suelo, recordando su ventilación y riego.
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