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Bonsáis: El manzano - Trasplante y enfermedades

Un trasplante y poda adecuados
Cada uno o dos años, trasplantaremos al comienzo de la primavera, y en los ejemplares más viejos puede aumentarse la periodicidad hasta cada tres años. Conviene aprovechar para sanear bien cualquier parte de raíces podridas. No es obligatorio, pero si utilizamos hormonas de enraizamiento con fungicida, facilitamos el éxito del trasplante.

Una buena mezcla de sustrato para el manzano podría ser un 20% de arena gruesa o material equivalente (tierra volcánica), 70% de mantillo y 10% de turba, en una maceta profunda. Es conveniente proteger el árbol después del trasplante durante un par de meses, situándolo en un lugar muy bien iluminado, pero evitando la exposición directa al sol.

Hay que tener en cuenta que generalmente una de las razones por la que se cultiva un manzano es su floración y, por tanto, la época más adecuada para realizar la poda es después de ésta, reduciendo los brotes del año anterior hasta dos o tres yemas y teniendo en cuenta que los brotes cortos de la madera de dos años o más serán las flores del año siguiente.

No obstante, al comienzo de su formación como bonsái es más importante modelarlo correctamente desde el principio que preocuparnos por las flores o los frutos. Es recomendable podar los frutos lo antes posible y no dejarlos demasiado tiempo en el árbol para que no le resten vigor y lo debiliten para la brotación de la primavera siguiente.

Hay que podar las raíces durante el trasplante, pero sin cortar demasiadas raíces finas para permitir que pueda recuperarlas durante el invierno. También hay que aprovechar a podar las ramas no deseadas. Entre la poda y el trasplante (o viceversa) debería existir un intervalo mínimo de tiempo para no acumular demasiadas operaciones agresivas a la vez, por ejemplo, tres semanas. Por último, recordar que la poda sólo se debe realizar si el árbol está sano.

El alambrado
La colocación de ramas mediante esta técnica puede realizarse entre la primavera y el verano, con cuidado de no dañar la corteza. Es recomendable no regar el día anterior al alambrado.

Un árbol con aspecto de "madeja de alambre", por el exceso de éste, pierde todo el aspecto de vivo y no es un mejor ejemplar como bonsái. Alambra lo justo y sólo cuando otras técnicas de modelado no puedan utilizarse o no hayan conseguido los efectos deseados.

Enfermedades y parásitos más comunes
Aunque es bastante resistente, hay que tener especial cuidado con:

  • Oídio: manchas producidas por un hongo debido al exceso de agua y aireación inadecuada.
  • Cochinilla: insecto chupador de savia de forma plana.
  • Pulgón: como la cochinilla, es un insecto chupador de savia, de unos 3 mm. de longitud y agrupado sobre los brotes tiernos y en colonias muy densas protegidas por hormigas que recogen el rocío meloso que secretan éstos.
  • Araña roja: ataca sobre todo en ambientes mal ventilados o de interior, con ambiente seco y caluroso, lo que termina produciendo un debilitamiento progresivo.

En cualquier caso, debemos recordar que, si necesitamos emplear algún tratamiento fitosanitario, éste debe ser específico contra la plaga o enfermedad y constante en el tiempo hasta eliminarla completamente.

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